Nuestro amor es como Dios
Ciertamente, nuestro amor es como Dios. No
necesitamos tocarnos, ni estar cerca físicamente el uno de otro, tampoco vernos, mirarnos,
ni siquiera hablarnos. Es sempiterno, sin principio ni final.
Estamos felizmente destinados a querernos,
amarnos, respetarnos, apoyarnos y entendernos por el simple hecho de existir en
ésta y en cualquier otra dimensión. Se - con definitiva certeza - que este amor
que es grandioso, en ocasiones silente como la madrugada, sentido con el alma
misma, es indetenible y digno de ser propalado por doquier, para contagiar a
cualquier criatura viva.
En mis días, a veces largos y, en mis noches todas
cortas, siempre con la luna llena y el cielo pleno de estrellas, grito
calladamente: TE AMO PAPA y sabiéndome escuchada, presumo en plácida soledad, de
mi felicidad al sentirte todo el tiempo y en todas partes. Que privilegio
tenerte!
Tantas cosas vividas, tantos recuerdos guardados,
secretos compartidos, no son efímeros. La vida es efímera en sí misma, es solamente
una transición a un lugar mejor. Se pasa como un rayo de luz, muy rápidamente,
pero suficiente, porque el Todopoderoso, ese genio creador, dador de vida,
no se equivoca.
Tu sonrisa sincera, tu risa espontánea, el brillo
infinito de tu mirada con ese par de luceros que han visto tanto y tan poco,
que con solo abrirse me llevan a soñar, me trasladan en instantes irrepetibles a
lugares hermosos, llenos de colibríes, de sol, de olor a mar. Vivo con intensidad, tengo fuerza y valentía
para continuar caminando por este derrotero, que denominamos vida y, eso es
posible, gracias a ti padre mío.
Amantes por siempre y para siempre, unidos por la
mismísima eternidad, seguiremos – como siempre – sin ser entendidos por nadie.
Hay cosas y situaciones realmente indescriptibles, en donde las palabras
huelgan, son amores quizás, paranormales -inexplicables hasta por la ciencia-
aun cuando son de facto.
Así es nuestro amor: como Dios. Empero, cómo es
Dios, quien es él? Básicamente es omnipotente, único y grandioso. Si nos remontamos a la
historia, encontramos que los filósofos griegos mayormente
hicieron preguntas acerca de la idea general de la divinidad, y enmarcaron sus
respuestas alrededor de asuntos morales. Sócrates declaró una versión
restringida y más común de la regla de oro cuando dijo: "No le hagas a
otros aquello que te enoja, si te fuera hecho por otros." Toda la
filosofía de Sócrates estaba emparentada con Platón, su estudiante más famoso,
así que es difícil decir cuáles creencias son de Sócrates, y cuáles de Platón.
Los escritos de Platón describen lo que él llama "La Forma del Bien,"
y él parecía tener alguna idea de una autoridad sobrenatural. Hasta llegó a
decir: "La muerte no es lo peor que le puede pasar al hombre." Hasta
su interés en las estrellas inspiraba creencia. En sus propias palabras:
"La astronomía obliga al alma a mirar hacia arriba y nos lleva de este
mundo a otro”
Aristóteles,
estudiante de Platón, ciertamente tenía la idea de un "Bien Supremo."
Animaba a sus estudiantes a desarrollar una habilidad para obtener
experiencias, sin ser ingenuo. "El sello de una mente educada es el ser
capaz de contemplar un pensamiento sin aceptarlo." Otras afirmaciones,
tales como: "No debemos preguntar más si el alma y el cuerpo son uno, que
preguntar si la cera y la figura impresa en ella son una," son una buena
evidencia de que Aristóteles sí creía en algo, y alguien, más allá de la vida
mortal.
Filósofos
posteriores continuaron escribiendo y hablando palabras que demostraban su
creencia y búsqueda de un Dios real. Aquino habló claramente en favor de la fe
razonada, diciendo: "La razón en el hombre es más bien como Dios en el
mundo," y "Para aquél que tiene fe, ninguna explicación es necesaria.
Para aquél que no tiene fe, ninguna explicación es posible." Descartes,
quien famosamente dijo: "Pienso, luego existo," también tuvo palabras
mordaces para algunas opiniones extrañas de sus contemporáneos - muchos de los
cuales no eran creyentes. Una vez declaró: "No hay nada demasiado extraño
e increíble que no haya sido dicho por uno u otro filósofo."
Grandes
filósofos más contemporáneos han continuado proclamando su fe y creencia en
Dios. Por ejemplo: Kierkegaard afirmó que "Dios crea de la nada.
Maravilloso, dirá usted. Sí, ciertamente, pero Él hace lo que es aún más
maravilloso: Él hace santos de pecadores." El mundo filosófico está lleno
de hombres y mujeres brillantes y talentosos, que claramente creen en la
existencia e influencia de un Dios sobrenatural.
De este
modo, emerge ineludiblemente en mi mente otra pregunta: ¿Cual es el significado
de la vida? A través de las enseñanzas de la ciencia evolucionista, el
materialismo y el relativismo moral en nuestros medios de comunicación
populares y en el sistema escolar, hemos eliminado a Dios de las potenciales
respuestas a estas preguntas fundamentales de la vida. Sin Dios, perdemos
cualquier propósito trascendente del universo en el cual vivimos. Sin Dios,
perdemos cualquier propósito trascendente para dar significado a nuestras
vidas. Sólo somos bichos luchando por sobrevivir hasta que muramos. Todos los
logros, los sacrificios, los buenos y bellos actos de las personas, los feos y
oscuros actos de otras, son en última instancia, esfuerzos fútiles de la vida.
Sin Dios, también perdemos cualquier posibilidad de vida después de la muerte.
Cuando eliminamos la esperanza del cielo, eliminamos el propósito y el valor
final de la vida. ¿Qué diferencia habría realmente si viviéramos como Billy
Graham o como Osama Bin Laden? De todas formas, el destino de todo el mundo sería
el mismo. Esta es la perspectiva desesperanzada de aquellos que basan sus
creencias en el materialismo, el naturalismo, y la suposición de que la vida en
la tierra es todo lo que existe.
Entonces,
después de tanta soflama, volvemos al principio: Nuestro amor es como Dios: Existe
aunque no se ve ni se toca, vive desde
siempre y hasta siempre, huele a flores campestres, es en sí mismo amor puro y
solidario, es música como la de Isaac Albeniz, Mendelssohn, Bethoven,
Brahms, Mozart, Haydn y cómo no mencionar a Chopin con su obra maestra: Gran Polonesa brillante y a Tchaikovski
colmándonos de profundas sensaciones con su Concierto No. 1 para piano y
orquesta.
Papá:
Nuestro amor es como Dios!
Autora: Ninoska
Martinez
Mayo, del 2011
Mayo, del 2011
Todos los derechos reservados
El eterno dilema de la vida: o vivimos o
entendemos.
La vida es eso que queda allá, pa'lante!.
Con el pasado no se puede hacer más que guardarlo en baúles y en la memoria, pero con el futuro si, porque el futuro es ese motor
que nos hace continuar.
Preludio de Amor
Y cómo olvidar ese día!
en el que el fruto del amor más puro
comenzaba a gestarse en mi vientre.
Lo sabía…Si lo sabía! Tenía la certeza
casi absoluta que el milagro había ya acontecido y
que poseía un lugar cálido dentro de mí.
Pasaron unas cuantas semanas
y mi más hermosa creación
comenzaba a crecer silente pero presente.
Un día escuche su corazón latir tan fuerte
como un caballo bravío en plena carrera.
Experimenté el más indescriptible de los sentimientos: el amor.
Al cabo de casi nueve meses
llegó el momento más ansiado; ése que sin dudas
cambiaría para siempre mi existencia.
Mi bella criatura vino al mundo.
Lo miré, lloré de alegría e incredulidad.
Habia emoción y un no sé qué dentro de mí.
Lo tomé entre mis pequeños brazos y le dí un beso
tan suave como el de los pétalos de rosas.
Le pedí al Todopoderoso que lo bendijera y le dí las gracias.
Desde entonces, hubo un giro -de esos que llaman grandes-
de los que no tienen vuelta atrás, porque mi propia existencia
era nada comparada con la de él. Pasé a ser solamente un exilio terrenal.
Me colmó la vida de música, felicidad, metas, ansias de comerme al mundo
de un solo bocado por él y para él.
Era vivir por él, sin importar si era o no lo mejor para mí. Solo contaba él .
Así que han pasado ya veinte años
del día más maravilloso de mi vida.
en el que el fruto del amor más puro
comenzaba a gestarse en mi vientre.
Lo sabía…Si lo sabía! Tenía la certeza
casi absoluta que el milagro había ya acontecido y
que poseía un lugar cálido dentro de mí.
Pasaron unas cuantas semanas
y mi más hermosa creación
comenzaba a crecer silente pero presente.
Un día escuche su corazón latir tan fuerte
como un caballo bravío en plena carrera.
Experimenté el más indescriptible de los sentimientos: el amor.
Al cabo de casi nueve meses
llegó el momento más ansiado; ése que sin dudas
cambiaría para siempre mi existencia.
Mi bella criatura vino al mundo.
Lo miré, lloré de alegría e incredulidad.
Habia emoción y un no sé qué dentro de mí.
Lo tomé entre mis pequeños brazos y le dí un beso
tan suave como el de los pétalos de rosas.
Le pedí al Todopoderoso que lo bendijera y le dí las gracias.
Desde entonces, hubo un giro -de esos que llaman grandes-
de los que no tienen vuelta atrás, porque mi propia existencia
era nada comparada con la de él. Pasé a ser solamente un exilio terrenal.
Me colmó la vida de música, felicidad, metas, ansias de comerme al mundo
de un solo bocado por él y para él.
Era vivir por él, sin importar si era o no lo mejor para mí. Solo contaba él .
Así que han pasado ya veinte años
del día más maravilloso de mi vida.
Ese día donde las mariposas volaban y lucían caprichosas sus hermosos trajes de colores.
Y desde entonces, hijo mío, eres la musa más inspiradora.
Eres la composición que Bach, nunca escribió, porque eres el preludio del más grande amor.
Y desde entonces, hijo mío, eres la musa más inspiradora.
Eres la composición que Bach, nunca escribió, porque eres el preludio del más grande amor.
Febrero, 2011
Todos los derechos reservados
María Teresa
Quiero cerrar los ojos,
pretender que no pasa nada.
Como lograrlo?, cuando la verdad escupe mi rostro.
Tus silencios gritan las palabras
que me he negado a escuchar.
Quiero soltarte y verte volar lejos pero es entonces cuando
mis sentidos me dicen que muy lejos te irás,
Y que no piensas regresar a este lugar.
Quiero soltarte y verte volar lejos
Pero el miedo a saber que te perdí me ha parado en seco;
me destroza el alma en mil pedazos y apaga la luz de toda esperanza.
Autora: Ninoska Martinez
Junio, 2011
Todos los derechos reservados
Si me preguntaran: En qué orden de importancia colocarías la salud, el dinero y el amor, lo haría así: AMOR, SALUD Y DINERO. Gracias por su comentario.
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